El Guasón es algo más que una escalofriante interpretación.
Es un homenaje a la espléndida actuación de Heath Ledger en “The Dark Knight” (Batman, el Caballero de la Noche), en donde podremos apreciarlo, paralizado y profundamente inestable en personaje siniestro, riéndose y burlándose mientras amenaza, logrando alejar por un momento del pensamiento del espectador, la trágica y prematura muerte del actor. Se trata de una caracterización en su larga y prometedora carrera que terminó de la mejor manera.
Algunas veces, los actores son vistos como personajes que “desaparecen dentro de un rol”. Nunca fue ese el caso de Ledger. Fue del silencioso ranchero de Brokeback Mountain al libidinoso mujeriego en Casanova.
Con la cara cuarteada de maquillaje blanco, ojos con bordes negros, con lápiz labial y grasa, pelo teñido de verde, el Joker no tiene ninguna semejanza con el atractivo actor que lo protagoniza. De hecho, el personaje no se parece a nada que hayamos visto u oído antes.
Claro, hay un olorcillo de Malcolm McDowell en la Naranja Mecánica, en la caracterización, pero Ledger ha hecho de este anárquico maníaco un singular y sumamente transtornado villano. Desde la repugante manera en que juguetea con su lengua, hasta su voz nasal, es un excéntrico sin igual.
Él tiene las mejores líneas de la película, por supuesto: “What doesn’t kill you, makes you stranger“ (Lo que no te mata, te vuelve más extraño), y la tan memorable “Why so serious?”.
Pero tanto como esta es la película cumbre de Ledger, no debería disminuir los notables logros de otros miembros clave de reparto. Así como fue en Batman Begins, Christian Bale es un perfectamente sofisticado Bruce Wayne. Gary Oldman vuelve nuevamente como el Teniente Jim Gordon. Michael Caine y Morgan Freeman lucen excelentes en sus mismos roles de la anterior aventura. Maggie Gyllenhaal reemplaza a Katie Holmes como Rachel Dawes y le agrega mayor profundidad al papel. Aaron Eckhart se destaca como Harvey Dent, el principal fiscal del distrito, llamado “El caballero blanco de Ciudad Gótica”.
Elogios también deben ir al director y co-guionista Christopher Nolan. The Dark Knight es más emocionante, inteligente, moralmente compleja y magistralmente elaborada que cualquier otra película de temporada exitosa en los últimos años. Es probablemente la mejor película de superhéroes hasta la fecha. A pesar de su origen en un comic y fantasía establecida, la historia se plantea oportunamente y obliga a los dilemas éticos, lo que demuestra que las películas de suspenso no tienen porque ser ciegas ni desechables.
Una escena que involucra el hacking en los celulares de los ciudadanos de Ciudad Gotica, ha tenido eco en las controvertidas denuncias de espionaje telefónico en la vida real. Cuando un hospital es volado a pedazos, la imagen luce tan terrible como un bombardeo en Iraq, en lugar de una proeza notable de la generación de computadoras.
A pesar de ser un poco larga, 2 horas y media, la película cuanta con una notable economía de la narración y esta como para extenderse en una futura edición. La emoción de montar escenas de acción puede ser que te deje deslumbrado, sobre todo cuando se ponen en IMAX. Nolan hizo seis grandes secuencias de acción con cámaras IMAX, y la película es aún más apremiante en este formato.
A diferencia de otras películas de este género, la violencia no es caricaturizada. Los padres deben tener cuidado con la clasificación dada a esta película, PG-13. Una “R” podría haber sido más apropiada dado el nivel de caos, violencia y destrucción.
¿Cuándo fue la última vez que vio una superproducción que fuera impecablemente ejecutada y, al mismo tiempo estimulante, audaz y desconcertante mientras que logra divertirte y entretenerte? Caballero Oscuro cuenta con todos los requisitos: impresionantes explosiones de suspenso que sacudirán tu butaca.
Sin embargo, sorprende al espectador en formas aún más profundas, rompiendo esquemas en el género y dándonos un terrible y cómico villano que permanecerá grabado en nuestras memorias.
Duración: 2 horas, 32 minutos
Clasificación: PG-13 por intensas secuencias de violencia y la amenaza de algunos.
Miguel Angel Madueño Mejía
(De mi butaca)
